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Concurso de acreedores, ¿a quiénes afecta?

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Te asesoramos del proceso del concurso de acreedores en Efitax

¿Qué se entiende por concurso de acreedores? Este término no es fácil de digerir para una empresa. El mero rumor del mismo hace que todos se teman lo peor, pero al igual que cualquier término relacionado con tu negocio, merece la pena conocerlo. En especial para, al menos, saber de qué modo afectará al futuro de los trabajadores y a los mismos gestores de esta actividad.

Y es que, aunque tenga tan mala fama, cuando una empresa entra en concurso de acreedores es, en última instancia, una medida que puede salvar a una empresa en una difícil situación. Gracias a él, cuando un negocio no puede solventar sus deudas, o prevé duras dificultades económicas en el futuro, tomar esta decisión permite pagar a acreedores, empleados y cumplir con cualquier otra responsabilidad financiera.

Al mismo tiempo, el concurso de acreedores, incluso, permite que tras la quiebra pueda comenzarse, de nuevo, una aventura empresarial sin el miedo de que los pagos atrasados puedan ahogarte estos inicios.

¿Qué es un concurso de acreedores?

La Ley Concursal define el concurso de acreedores como la situación legal en donde una empresa no puede afrontar el pago de sus obligaciones corrientes (nómina y seguros sociales de sus trabajadores, deudas con proveedores, etc.). En definitiva, el contexto en el que el negocio no dispone de los fondos necesarios para afrontar las deudas que tiene.

Hay que saber que, en la actualidad, una empresa ya no se declara en quiebra, sino en concurso de acreedores.

Fases de un concurso de acreedores

Podría pensarse que un concurso de acreedores es una situación que se toma y en la que el dueño de dicho negocio ya no debe preocuparse de nada más. Pero qué pasa después de declararse el concurso de acreedores. Pues hay todo un proceso que debe seguirse de cara a la Administración:

Cuándo se solicita el concurso de acreedores

El proceso del concurso de acreedores debe iniciarse tan pronto como el dueño de la empresa haya acumulado una serie de deudas que no pueden pagarse en el corto/medio plazo. Se calcula que más de mes y medio sin poder pagar a los empleados y a los deudores es tiempo más que suficiente para comenzar los trámites pertinentes.

Fase común

La fase más habitual de un concurso de acreedores es aquella en la que el dueño del negocio declara abierto el concurso, realizando un inventario de todos los bienes patrimoniales de la empresa, y recopila todas las deudas contraídas.

Fase de convenio

El empresario negocia con sus acreedores posibles quitas de la deuda o moratorias en los pagos de las mismas. Se intenta alcanzar un acuerdo satisfactorio para todas las partes.

Fase de liquidación

Representa el momento del concurso en donde el dueño decide iniciar el proceso de liquidación y el administrador concursal pone a la venta los bienes del negocio para hacer frente a los pagos pendientes.

Fase de calificación

En este punto el administrador concursal define el nivel de responsabilidad que ha tenido el dueño de la empresa y que podrá servirle como defensa frente a aquellas personas que le reclamen pagos.

Fase de pago

Toca hacer frente a las deudas, de un modo u otro, con el dinero obtenido de la venta de bienes. Cuando una empresa entra en concurso de acreedores surge la duda de quién cobra primero. Este es el orden recomendado: acreedores públicos, acreedores laborales (pago de nóminas atrasadas y liquidaciones a trabajadores), acreedores financieros, resto de acreedores. En el caso de que sea un negocio con accionariado, los accionistas serían los últimos.

Cómo evitar un concurso de acreedores

Si tu empresa empieza a acumular deudas e impagos de forma preocupante, debes valorar el concurso de acreedores. Aunque es verdad que existen formas de evitar esta situación. El primer paso debe ser contar con asesoramiento fiscal para saber qué puede estar fallando en tu negocio y empezar a actuar con rapidez para poner fin a dichos errores.

Serán necesarios ajustes, como encontrar nuevos proveedores más baratos, y llegado el caso reducción de plantilla a través de un ERE. También puede ser una buena idea renegociar las deudas sin la presión y vigilancia de un administrador concursal.

Tipos de concursos de acreedores

Podemos encontrar dos tipos de concurso de acreedores:

Concurso voluntario

Es aquel en el que la empresa decide entrar en esta situación. Se recomienda, especialmente, si el dueño del negocio cuenta con la información que hace prever el futuro final y quiebra del mismo. En caso contrario, se podría considerar que ha actuado con negligencia y ser el foco de multas.

Concurso forzoso

Se inicia a petición de alguno de los proveedores, que solicitan el concurso tras no tener la satisfacción de sus deudas. Es en este caso cuando un juez debe valorar la pertinencia de iniciar las fases concursales.

Conclusión respecto al concurso de acreedores

Hay que ver al concurso de acreedores como una herramienta para ofrecer una nueva oportunidad a empresas endeudadas en exceso. Si como autónomo no sabes si el nivel de pagos que se han acumulado es lo suficientemente alto para tomar esta decisión, consulta con un asesor fiscal para que te ayude a decidir de forma acertada.